El copiloto de Alfonso Viera descubre algunos secretos de cada uno de los tres tramos
Tres tramos míticos del automovilismo canario, por los que habrá que dar dos pasadas, componen el rutómetro de la 19ª edición del Rally Villa de Granadilla. El copiloto de Alfonso Viera en su Ford Focus WRC, Víctor Pérez, descubre algunos de los secretos de estos tramos que son de sobra conocidos por pilotos y aficionados desde hace muchos años.
Atogo (6,800 km): "Es el tramo más corto de todos y teóricamente el que menos diferencias marcará porque es un recorrido muy conocido por todos. Es un tramo rápido, muy técnico y que cada vez cuenta con un asfalto más mejorado. Todo el tramo es muy difícil, por eso es uno de los recorridos cumbre del automovilismo. Es fundamental porque te puede hacer muy poco bien ya que las diferencias serán escasas, pero te puede hacer mucho mal porque cualquier error aquí te deja fuera de la carrera".
El Frontón-Las Martelas (19 km): "Es el tramo más largo del rally y aquí sí habrá diferencias más abultadas. Arranca en la subida a El Frontón y son unos primeros nueve kilómetros de un asfalto impecable, con una carretera no demasiado ancha, pero sí permite ir muy rápido. Al llegar al cruce de Las Martelas, a la derecha, se inicia una bajada que también cuenta con un asfalto perfecto y un recorrido muy técnico pero más sinuoso, con muchas más curvas. El tramo está muy mejorado por el asfalto y permite una mayor fiabilidad para los pilotos y para los neumáticos".
Arico (8,500 km): "Personalmente considero que es el tramo más bonito de toda la Isla y es cierto que también está cada vez mejor de asfalto lo que permite que haya una conducción mucho más espectacular porque, sobre todo a los WRC, nos permite ir cortando y meter la rueda por sitios que antes era imposible hacerlo. Históricamente es un tramo que siempre me ha ido bien desde que hiciera el récord junto a Goyo Picar hasta ahora que lo tengo junto a Alfonso Viera. Es un tramo mítico, muy técnico, que empieza con la carretera más estrecha durante los primeros 500 metros que son muy atractivos tras la salida desde El Porís y el paso por el puente de Los Caballos. Luego tiene una parte intermedia en la que el barranco queda a la izquierda en la que no se permite ningún error, por eso es una parte muy difícil y muy técnica. Además, en la segunda pasada habrá que tener muy en cuenta la suciedad que quedará en el asfalto tras la primera pasada por lo que hay que mantener la concentración y tener mucho cuidado".
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